jueves, 19 de mayo de 2016

La vigencia del engaño

Estamos en un país un tanto curioso, intentaré explicarlo sin intentar dejarme a nadie en lo que quiero exponer. Resulta que nos hemos tirado casi toda la democracia por no decir toda, escuchando un programa electoral, peroaplicando otro. Escuchando unas promesas electorales y casi a continuación como si no tuviéramos memoria haciendo un amago, matizando y finalmente cambiando de posición frente a la promesa original. Esto ha creado que todos tengamos la piel muy fina desde que empezó toda la crisis y empezaran a salir los engaños a la luz. Y por mor de ello, nos ha traído una serie de nuevas formaciones surgidas del descontento y también del cabreo generalizado, hartos de mentiras y cambios de idea para no perder cuota de poder entre el electorado.

Pero, estamos ante un país curioso, por describirlo de manera suave. Curioso porque parece que no aprendemos absolutamente nada de todo esto. Hoy podemos encontrarnos muchísimas noticias donde tanto viejas como nuevas formaciones siguen usando el mismo “tic”. Y alguien se preguntará, ¿a que viene esto?. Es sencillo y a la vez muy extenso de explicar y según a quien se lo cuentes te dará la razón o buscará una justificación. Se supone, o así es como nos lo venden que cuando esbozas un programa electoral y unas promesas lanzadas a los medios diciendo “esto se va a cumplir” es porque firmas un contrato conmigo posible elector de que lo que dices y escribes para que yo te elija es lo que vas a hacer, haciéndolo sin fisuras, atajos ni marcha atrás buscando otras formas para no hacerlo. Y que aunque lo sondeos de opinión digan que eso no te hará popular o simplemente no te va a votar mas gente, no cambiarás ese contrato conmigo porque son tus principios. Pero no, parece ser que no pasa nada si te saltas algún punto o todos sin cumplirlo con la misma rajatabla con la que te presentaste ante mi para pedirme el voto.

Personalmente empiezo a sentirme asqueado con la clase política, toda, la nueva y la vieja, porque simplemente nadie se regenera ni cambia, siguen haciendo exactamente lo mismo que cuando nadie les recriminaba los engaños. Lo peor es que ha pasado el tiempo, se supone que deberíamos haber aprendido algo de todo lo ocurrido anteriormente, pero no. La gente afín a una formación comete hoy los mismos errores de ayer: justificar, afirmar, apoyar y votar de nuevo los mismos “tics” que nos han llevado a esta situación. Pero claro, como dije depende de a quien te dirijas esto es cierto o es simplemente un ataque onanista de este que les escribe. Lo dicho, estamos ante un país curioso, que no debería poder permitirse estas maniobras mas si cabe teniendo en cuenta lo que nos jugamos todos.

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