Estamos en un país un
tanto curioso, intentaré explicarlo sin intentar dejarme a nadie en
lo que quiero exponer. Resulta que nos hemos tirado casi toda la
democracia por no decir toda, escuchando un programa electoral, peroaplicando otro. Escuchando unas promesas electorales y casi a
continuación como si no tuviéramos memoria haciendo un amago,
matizando y finalmente cambiando de posición frente a la promesa
original. Esto ha creado que todos tengamos la piel muy fina desde
que empezó toda la crisis y empezaran a salir los engaños a la luz.
Y por mor de ello, nos ha traído una serie de nuevas formaciones
surgidas del descontento y también del cabreo generalizado, hartos
de mentiras y cambios de idea para no perder cuota de poder entre el
electorado.
Pero, estamos ante un
país curioso, por describirlo de manera suave. Curioso porque parece
que no aprendemos absolutamente nada de todo esto. Hoy podemos
encontrarnos muchísimas noticias donde tanto viejas como nuevas
formaciones siguen usando el mismo “tic”. Y alguien se
preguntará, ¿a que viene esto?. Es sencillo y a la vez muy extenso
de explicar y según a quien se lo cuentes te dará la razón o
buscará una justificación. Se supone, o así es como nos lo venden
que cuando esbozas un programa electoral y unas promesas lanzadas a
los medios diciendo “esto se va a cumplir” es porque firmas un
contrato conmigo posible elector de que lo que dices y escribes para
que yo te elija es lo que vas a hacer, haciéndolo sin fisuras,
atajos ni marcha atrás buscando otras formas para no hacerlo. Y que
aunque lo sondeos de opinión digan que eso no te hará popular o
simplemente no te va a votar mas gente, no cambiarás ese contrato
conmigo porque son tus principios. Pero no, parece ser que no pasa
nada si te saltas algún punto o todos sin cumplirlo con la misma
rajatabla con la que te presentaste ante mi para pedirme el voto.
Personalmente empiezo a
sentirme asqueado con la clase política, toda, la nueva y la vieja,
porque simplemente nadie se regenera ni cambia, siguen haciendo
exactamente lo mismo que cuando nadie les recriminaba los engaños.
Lo peor es que ha pasado el tiempo, se supone que deberíamos haber
aprendido algo de todo lo ocurrido anteriormente, pero no. La gente
afín a una formación comete hoy los mismos errores de ayer:
justificar, afirmar, apoyar y votar de nuevo los mismos “tics”
que nos han llevado a esta situación. Pero claro, como dije depende
de a quien te dirijas esto es cierto o es simplemente un ataque
onanista de este que les escribe. Lo dicho, estamos ante un país
curioso, que no debería poder permitirse estas maniobras mas si cabe
teniendo en cuenta lo que nos jugamos todos.
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