Llevamos cien días sin
gobierno, llevamos cien días con un congreso y con un senado
totalmente disfuncional y en funciones si pasa lo inevitable. Parece
ser que sus señorías, los aparatos de partido y por supuesto sus
líderes son totalmente incapaces de sentarse sin artificios, ni
cámaras, ni efectos mediáticos de ningún tipo para diseñar un
nuevo gobierno que desaloje al actual de su estado en funciones y
siga haciendo lo que quiera bajo la premisa de que no tiene necesidad
de pasar por un control, aunque si la prerrogativa de gobernar como
le plazca, tomando decisiones al margen del actual parlamento que no
tiene nada que ver con el anterior. Para lo único que se han puesto
de acuerdo todos por unanimidad y sin discusiones es para darse unasvacaciones muy bien pagadas en semana santa, para eso sí, para eso
si que ha habido “consenso” y todos los demás eslóganes
vendidos por los partidos políticos representados en las dos
cámaras.
La situación además
tiene tintes de broma de mal gusto, porque en vacaciones dos líderes
que suman unos diez millones de electores, no tienen espacio en sus
agendas para reunirse aunque sea para hablar del tiempo, tiempo que
si tienen por ejemplo para mandarse tweets, dar ruedas de prensa o
aparecer por programas de televisión bien pagados por sus
intervenciones, intervenciones que por otro lado yo agradecería más
como ciudadano en las cámaras legislativas y en forma además de
acción política. Lo peor de todo esto ya no es que no se ponen de
acuerdo y que vierten su trabajo en donde no deberían que son los
medios de comunicación, no es que sea malo es que no es apropiado,
porque creas un show de lo que son temas verdaderamente serios y de
especial importancia en la ciudadanía. Y últimamente hemos tenido
la variante más surrealista de la no acción política: el veto.
Ahora llevamos una temporadita de estos cien días viendo como los
que supuestamente traían nuevos aires se empantanan en vetarse por
no coincidir en ciertos aspectos de sus programas y visión de
futuros, cuando lo que han vendido durante estos tres años y medio
además de la campaña electoral y el post electoral es precisamente
que hay que echar al gobierno en el poder para quitar viejos hábitos
y volver a una situación de statu quo previa a la llegada de las
políticas de recortes impuestas por el gobierno hoy en funciones que
lo único conseguido ha sido empobrecer al país y empobrecer al
ciudadano.
Pero
no, estamos en el “veto” y nadie se sale de esa tesitura, aunque
a los medios vendan la imagen de “conversación con todos y
negociación continua”, curioso tanto presumir de nueva política
pero vuelven a los tics de la vieja política: el engaño.
Y es un engaño porque todo esto no tiene más objetivo que intentar
subvertir el resultado electoral poco conveniente para unos y otros.
Lo que no dicen ni insinúan aunque lo dejan caer es que:hemos votado
mal. Porque esa es la razón de este dislate y no otra, en un país
medianamente cuerdo esto ya se habría solucionado, en España parece
que todo tiene que ser difícil y al revés que el resto del planeta.
Bienvenidos a los nuevos aires en política que solo tienen como
objetivo recordarles que ustedes votan mal siempre que no voten lo
que deberían. Pero...¿y si volvemos a repetir elecciones y sale el
mismo resultado?, pues nada: veto.
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