Hemos tenido cuatro años
de gobierno popular, hemos tenido cuatro años de canibalismo social
y económico de la clase dirigente y la casta empresarial hacia la
ciudadanía sin más respuestas que las evasivas de un gobierno que a
lo único que se ha dedicado es a fagocitar y vomitar todos los
acuerdos que con el ciudadano contrajo a través de la constitución
y a través de todos los mecanismos institucionales, pervirtiéndolos
y convirtiéndolos en su herramienta personal para convertir un país
avanzado en una caricatura perversa y triste ante los ojos de la
soberanía y como no ante los ojos de la comunidad internacional.
Todo esto sin el menor rubor, con todo el descaro posible, sin
siquiera pestañear o pedir disculpas por ellos y lo que es peor con
una sonrisa perversa y cómplice de la banca, la iglesia, gran parte
de la clase política afín y los empresarios.
Pero como dije han pasado
cuatro años, cuatro años en los que hemos tenido tiempo de
reflexionar, de cabrearnos, de mirar con todo estupor como nos lo han
quitado todo, nos han quitado hasta el derecho a protestar en la
calle o simplemente el derecho a llamar a un imputado por su nombre.
Ahora, después de cuatro años ha llegado el momento de emitir
veredicto sobre todo lo ocurrido. Aún así el actual gobierno pondrá
mas piedras en el camino para evitar a la ciudadanía a la que ha
humillado a la que ha pisoteado y ha expulsado de este estado de
manera literal y metafórica. Somos uno de los países más
empobrecidos del club de ricos que es la zona euro y seguramente de
todo el continente, con la sonrisa cómplice de las instituciones
europeas. Hemos retrocedido cultural y socialmente a tiempos en los
que mirábamos mal a otros simplemente porque tenían riqueza
cultural distinta, consiguiendo que haya una fracción social entre
ciudadanos sin precedentes y de difícil(por no decir imposible)
solución. Tenemos que reflexionar sobre todo esto, porque nos lo
vamos a jugar a una carta y sinceramente estoy cansado de ver a todo
el mundo quejarse pero llegado el momento de decidir quedarse en
casa.
Tenemos concretamente
hasta el 20 de diciembre para pensar que país queremos, como lo
queremos y con quien lo queremos. No nos queda más tiempo, a pesar
de que el gobierno actual sigue jugando e intentando engañar al
ciudadano al que juró servir, dilatando en el tiempo la cita
pensando que si nos metemos en la navidad estaremos a otras cosas y
al gobierno en cuestión le salen unos datos ficticios con los que
volver a engañar al ciudadano para estar cuatro años más. Es
tiempo de reflexionar, para decidir, esa es la clave: VOTAR Y
DECIDIR.